Rutinal



Una mañana ella despertó, sintió lo rayos de sol en su cara, giró su cuerpo mientras se estiraba y lo vió a él postrado a un lado suyo, inerte, en el sueño más profundo. No soportó la idea de verlo ahí tan tranquilo mientras ella ya no podía pegar ojo así que se acercó a él mirándolo tan profundamente que imaginó que le robaría el sueño mas no fue así, lo besó, lo tocó donde ella sabía que él no podría resistir o dejar de aparentar su ausencia, igual siguió sin responder, no quedó más que sacudirlo, apretarlo y  nada. Trató de razonar un rato, en este caso la muerte no era digna de contemplarse todo se resumía a ¿estaba despierto o no?, ¿cómo podía hacerlo volver?. 

Todo fue inútil, así que no tuvo otra opción que levantarse y seguir con sus actividades, pero no podía dejar de verlo ahí tan quieto, tan sin hacer nada, hasta cierto punto sentía coraje, envidia  o una especie de sentimiento extraño, él estaba presente sin mover un dedo, lo estaba como un bulto ¿de qué servía? Entonces recordó dichosa aquella grabadora que hacia tanto tiempo no usaba, la música siempre es alimento para el alma. Corrió al cofre blanco donde la guardaba, presionó el botón de encendido: un inmenso silencio se apoderó de la casa, entonces sí, todo estaba perdido, su entorno se tornó con una atmosfera tan turbia, tan gris, tan insípida y de ese estado de profunda tristeza pasó de un momento a otro, a la  desesperación, frustración, ira, como alma que lleva el diablo salió de casa enseguida. 

Encontró algunos costales, cogió uno de ellos y volvió adentro, lo tomó a él y como pudo lo hechó, lo llevó a rastras hasta el río, quiso arrojarlo pero no pudo, era demasiado lo que había de por medio, días, meses, años, aunque si bien el tiempo es relativo, eran demasiados recuerdos. Aun podía sentir esa energía, no como la recordaba, no como antes, pero le robó la idea que aquel valor iracundo intentó así que lo dejó por algún lugar camino a casa. 

Esa noche no pudo dormir ni dejar de pensar, escuchaba hasta el más mínimo ruido de las hojas al bailar con la danza de la noche, sus mismas lágrimas, sus pensamientos el tic toc del reloj, no soportó  el espacio vacío a un lado de su cama, fue a el lugar donde lo dejó, seguía ahí el costal cargado con ese hombre, de nuevo lo llevo a rastras ahora de vuelta a su hogar, lo colocó a un lado suyo (donde pertenecía)  puso la cabeza de el sobre su pecho quiso sentir calor,   antes de que saliera el sol salió de casa ¿A dónde?  A un  pueblo a buscar una farmacia a buscar medicamento o algún consejo  era de madrugada y allí estaba ella caminando por la carretera, llegó a la dichosa farmacia le comentó el caso a la encargada, todo resultaba tan raro, no había tenido síntomas de nada, entonces la mujer le pregunto, ¿Hicieron algo diferente los últimos días? ¿Viajes? ¿Platicas? ¿Discusiones? ¿Besos? ¿Sexo? Algo, algo, algo diferente, lo que sea,  Ella respondió No, nada todo igual siempre igual, día tras días igual,  la mujer asintió con la cabeza, camino de vuelta comprendió la plática con la encargada,  cuando llegó a casa él no estaba ahí  donde lo había dejado a lado suyo, cuanto era su asombro cuando lo vio de pie como si nada, un día anterior no había podido despertar con nada y de repente lo encontraba tan campante, el problema era que  ahora no quería su compañía, ¿cómo podía hacer para devolverlo?, para alejarlo, sentía alivio porque estaba bien pero ahora eso no bastaba, de alguna manera lo que pasó había hecho que abriera los ojos,  tal vez la vida creó esa situación para que ella pudiera darse cuenta de lo que estaba pasando, quizás él no se fue pero ella ya no podía sentirlo y viceversa ese espacio en su cama ya no les pertenecía.   Ahora la decisión era de los dos si seguir con esa rutina, esa costumbre esa lucha consigo mismo de sentirse bien y al mismo tiempo arto  hasta llegar al punto de las discusiones sin sentido, las ofensas, los gritos, la falsedad,  empezar no a convivir si no a tener que aguantarse el uno al otro o quedarse con lo que tenían, estaban muy a tiempo y tenían por delante una larga conversación. 

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