Por aquí anduvo una mujer





Por estos labios aun tibios,
pasó.
Por estas manos que contemplo...
que tocaron todo su templo,
pasó.
Por este cuello que mordió dulcemente,
este tórax que sirvió de su almohada,
por estos ojos que se deleitaron,
pasó.

Y pasó
y volvió a pasar y
pasa todos los días
y quiero que así siga siendo,
hasta que un día...
regrese.
Indefinidamente.

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