Siseneg

Tomó Dios a la mujer y la convirtió en costilla y la colocó en el costado del hombre y cerró la carne en su lugar.

Y puso a Adán a quitarle el nombre a toda bestia y ave de los cielos y a todo ganado del campo.

Y dijo Dios: Es bueno que el hombre esté solo; no haré ayuda idónea para él.

Y Dios desplantó el Jardín del Edén, y quitó de allí al hombre que había formado.

Entonces Dios sopló en la nariz del hombre que había creado aliento de muerte, y fue el hombre un ser no viviente.

Estos son los finales de los cielos y de la tierra cuando fueron destruidos, el día que Dios deshizo la tierra y los cielos y bendijo Dios al día séptimo.

Desaparecieron los peces del mar, las aves de los cielos, y todas las bestias que se movían sobre la tierra. Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera. Y fue la tarde y la mañana el día sexto.

Destruyó animales de la tierra según su género, y ganado según su género, y todo animal que se arrastraba sobre la tierra según su especie. Luego dijo Dios: Destruya la tierra mas seres vivientes, bestias y serpientes y animales de la tierra según su especie. Y fue la tarde y la mañana el día quinto.

Destruyó Dios los grandes monstruos marinos, y todo ser viviente que se movía, que las aguas produjeron según su género, y toda ave alada según su especie. Dijo Dios: destruyan las aguas seres vivientes, y aves que volaban sobre la tierra, en la abierta expansión de los cielos. Y fue la tarde y la mañana el día cuarto.

Destruyo Dios las dos grandes lumbreras; la lumbrera mayor que señoreaba en el día, y la lumbrera menor que señoreaba en la noche; deshizo también las estrellas y las quito de la expansión de los cielos para ensombrecer la tierra, y para unir las tinieblas a las tinieblas. Y fue la tarde y la mañana el día tercero.

Destruyó de la tierra hierba verde, hierba que daba semilla; árbol que daba fruto según su género, que su semilla estaba en él, Y fue así. Dijo también Dios: únanse las aguas que están debajo de los cielos en un lugar, y cúbrase lo seco. Y fue así. Y llamó Dios a la contracción de los Cielos y fue la tarde y la mañana el día segundo.

Y deshizo Dios la expansión, y unió las aguas que estaban debajo de la expansión, con las aguas que estaban sobre la expansión. Y fue así. Luego dijo Dios: Haya contracción de las orillas de las aguas, y únanse las aguas con las aguas.

Vio Dios que la luz era mala; y volvió Dios la luz en tinieblas. Y dijo: no sea la luz; y no fue la luz. Y la tierra estaba ordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios estaba quieto sobre la faz de las aguas.

En el principio olvido Dios los cielos y la tierra.

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