Una mañana ella despertó, sintió lo rayos de sol en su cara, giró su cuerpo mientras se estiraba y lo vió a él postrado a un lado suyo, inerte, en el sueño más profundo. No soportó la idea de verlo ahí tan tranquilo mientras ella ya no podía pegar ojo así que se acercó a él mirándolo tan profundamente que imaginó que le robaría el sueño mas no fue así, lo besó, lo tocó donde ella sabía que él no podría resistir o dejar de aparentar su ausencia, igual siguió sin responder, no quedó más que sacudirlo, apretarlo y nada. Trató de razonar un rato, en este caso la muerte no era digna de contemplarse todo se resumía a ¿estaba despierto o no?, ¿cómo podía hacerlo volver?. Todo fue inútil, así que no tuvo otra opción que levantarse y seguir con sus actividades, pero no podía dejar de verlo ahí tan quieto, tan sin hacer nada, hasta cierto punto sentía coraje, envidia o una especie de sentimiento extraño, él estaba presente sin mover un dedo, lo estaba como un bulto ¿de ...
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