Se despierta arrepentida por sus sueños cada mañana, sin sentido de ubicación, abre los ojos. Al instante siguiente, olvida todo. Era una chica que no necesitaba ni nombre ni apellido, que caminaba sin mover las manos. Con el cabello desmarañado olvida las horas del reloj, ya que ésta vida que conoce la conoció hace ya tiempo. Conoce sus diferentes versiones y sus distintos finales. Ella tiene sus propias interrogantes sobre la tierra, o más bien, de las criaturas que viven en ella. Piensa en cada día como un color distinto y con sabores diferentes, unos días son naranjas con sabor a miel, otros días son rosas con sabor a chile chipotle y otros, color rojo y con sabor a mierda. - ¿Por qué así?- se preguntaba frente al espejo. El lugar donde vive tiene una melodía densa, con esencia de oscuridad, mas no era oscuridad, aún. Soy un alma desnuda en estos versos, Alma desnuda que angustiada y sola Va dejando sus pétalos dispersos. Alma que puede ser una amapola, Que...
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no importa que no salga su rostro
siempre y cuando
aparezca su nariz