Limonada sedante hecha por una pecosa con heridas en los dedos
A veces cuando llueve
puedo verla en el cosmos,
en el destello de los rayos que cosquillean el cielo
en las transparentes gotas en forma de corazón
que se suicidan por el amor que todolopuede
y lo que no lo olvida,
en las nubes oscuras y maternales,
en el mórbido viento estelar de las noches terroríficas.
Puedo comprender completamente que ella,
por los Ángeles conocida,
esta cada vez mas lejos de mi
y de mis insomnios
como la alfombra que vuela
y los fantasmas de las casas
de las orillas de los cementerios
y la luz de un refrigerador de media noche,
siento como se enrarece el ambiente
en los momentos de incertidumbre
y las palabras coaxiales del mudo silencio
y de la ciega oscuridad atraviesan
la sombría comarca un sentimiento
del ¿quésucederá en el éter eterno?.
Mas la desventura tiene una final
y el final un espectador
y como en los cuentos de hadas
el árbol habla y las doncellas tienen cabellos hermosos
aun palpita en la orilla del río
recién llovido de mi todointerno
la bendita intuición
de que la vida a veces es conciente
de las suplicas mas eufóricas
por la salvación deltodoamor
y la completidad del somosuno
y vivireporti per secula secularum ,
obligando al mundo a conceder deseos
que lo salven de la desesperanza.
Los seres terrestres miran al cielo,
aman el cielo
y quieren ver mas lejos,
cada vez mas lejos
pero nuestros ojos tienen limites telescopicos
nuestras manos tienen limites espaciales
pero qué podría decir de nuestros sueños?,
esos no tienen bordes
y nos hacen creer y esperar y nos dicen vamos!
y nos dicen caución, caución,
y el tiempo que a todos se come
nos empuja al precipicio
y nosotros danzamos con su música
y algunos no quieren danzar y se quedan estáticos
y se convierten en piedras ovíparas
y cuando la canción se terminó
la luz se apaga y te preguntas
por que no bailé más?.
el trance pasó...
y ella ya no esta.
mayo 22, 2006.
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